miércoles, 9 de marzo de 2011

EL PLANETA PROHIBIDO (FORBIDDEN PLANET)



Planeta Prohibido (1956) es el reflejo perfecto de la idea que tenemos sobre las películas de ciencia ficción realizadas hace medio siglo: astronaves que se sostienen por hilos, rayos láser de palo, fondos de cartón piedra de colores que dañan a los ojos, … . Vamos, cine chusco con mayúsculas.

Sin embargo, he terminado más que contento después de ver esta pequeña maravilla. No solo porque me encantan todas las “cutreces” anteriormente mencionadas, sino porque considero que es una película que tiene todo el sentido del mundo hoy en día. Tiene tanto sentido como que la mitad de las películas de viajes espaciales rodadas desde entonces tienen unas premisas más que parecidas. Los efectos especiales evolucionarán, pero el mal fario de lo que te puede pasar en un planeta “forano” será siempre el mismo.

 La historia es muy simple. Un grupo de soldados de la unión “losestadosunidostodossomosuno” es enviado al planeta Altair para saber qué le pasó a una expedición enviada 20 años antes. A punto de llegar al destino, logran contactar con un hombre que se hace llama Dr. Edward Morbius, el cual les sugiere que se den media vuelta, que en el tresillo de sus casas estarán mejor. Obviamente, los aguerridos militares hacen oídos sordos y aterrizan en el planeta. Una vez allí, el comandante John J. Adams (Leslie Nielsen) y sus compinches conocerán al doctor, a su pizpireta hija y al robot más molón de la historia del cine. Todos juntos tratarán de descubrir que horrores sucedieron allí hace 20 años. 



Cómo veis, nada nuevo bajo el sol. He leído en muchas websites que esta película está basada en La tempestad, de William Shakespeare. Por supuesto, no me he leído el libro, y ni ganas hay por el momento. Así que directamente expondré todas las cosas que me han venido a la cabeza con esta película, sin tener en cuenta ningún tipo de rigor.


Lo siento. Lo siento de verdad, pero no puedo imaginar a Leslie Nielsen en otro papel que no sea el de mi bienamado Frank Drebin. Pero si no tiene canas!!!. Después de muchos años como el rey de la comedia absurda, me lo encuentro en el papel de héroe espacial. Ese porte, ese saber estar,…, hace que no me crea demasiado la interpretación.
Tiene gracia poner una cara conocida en un rol distinto al habitual, pero esta vez solo puedo imaginar al teniente más estúpido de la historia del cine. Estás todo el rato esperando a que choque la camioneta de reconocimiento con la casa del doctor o que consiga que una langosta le agarre una teta a la hija. Debió ser uno de sus primeros papeles como prota, y la verdad es que cumple con su cometido, pero ahí se queda. Gracias a Dios, luego cambió su rumbo y se encumbro como uno de mis cómicos favoritos.



Hablar de la hija es otro cantar. Estamos en 1956, y te imaginas un poco la censura de la época. Además, los efectos especiales de la film corrían a cargo de Walt Disney, y conociendo su poder, el posible puritanismo ganaba enteros.
Sin embargo, es de agradecer con qué alegría la  joven Anne Francis va enseñando garrilla durante el metraje. Incluso, en mitad del film, decide ponerse un vestido largo para agradar el virginal capitán, ya que éste se  queja formalmente sobre la vestimenta de la chiquilla (parece que la tropa andaba revuelta). Vestido largo, por cierto, qué es más erótico que otra cosa.
La pobre muchacha no ha visto a un hombre en su vida, así que os podéis imaginar como acoge la noticia de que en su planeta han aterrizado un grupo de hombres fornidos, los cuales no han tocado mujer en un año largo.
El papel de niña tonta le viene como anillo al dedo y aporta ese golpe de sensualidad que todo el mundo espera de la única fémina en escena.

Y por fin llegamos al auténtico crack de toda la historia. ROBBY EL ROBOT acaba de ganarse un hueco en mi corazón. Hasta ahora, cuando escuchaba “robot” me venían a la memoria engendros mecánicos sin sentimientos como “Chuache” Terminator, “come potitos” Robocop, o replicantes varios.
Ahora no. Todo ello cambió con la aparición de Robby. ¿Cómo no voy a tener cariño por un ser que lava, cocina, clona comida, hace de segurata en la casa, tiene conocimientos de Prêt-à-porte, y hace destilaciones ilegales?. Es el concepto de un nuevo dios!.
Su apariencia está entre el primo de Michelin y una vaporetta antigua. Es realmente el ideal de robot chusco de películas de bajo presupuesto. Te imaginas perfectamente lo mal que lo tiene que estar pasando el pobre mandado que tiene que estar dentro de semejante losa de traje. 

Sin embargo, Robby el robot fue uno de los grandes artífices del éxito de esta película. Simplemente hay que buscar en internet para ver cómo se le recuerda todavía hoy en día: los simpson, futurama, twilight zone,…, si hasta debió salir en los Oscar!!!!. Han sido varios los guiños hacía esta figura.
Es de entender que su éxito no estuviera basado en la perfección con que interpretó el papel, sino en lo novedoso que era para la época. Y que coño!, porque caía bien. Estoy seguro que todas las amas de casas de Texas querían tener este embrión de Thermomix en su hogar.
Queda grabado a fuego en mi memoria, la escena entre Robby y el cocinero borrachín de los militares, el cual le pide 8 hectolitros de whisky barato para poder cocinar (tócate los cojones, Mari Loles). Para enmarcar. 



La película es muy digna de ver. Estoy convencido que si hacen en breves un remake de la misma (ya existen las noticias de ello), petaría los cines, puesto que la historia es bastante atrayente.
Sin embargo, permitirme que me quede con mis efectos chuscos y las pinturas de fondo “made in Walt Disney”. No se por qué, pero me hacen más gracia.

Por todo esto y más, os recomiendo que os la visionéis. Pasaréis un buen rato como yo. Podréis ver a una muchacha que tiene como amigos a un cervatillo y a un ligre; a una tripulación de militares a los que se la cuelan varias veces; a fuerzas sobrenaturales que van más allá del bien y del mal, y sobre todo a un robot más majo que las pesetas rubias. Mezclen todo esto y obtendrán uno de los auténticos clásicos de la Sci-fi.

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