domingo, 26 de junio de 2011

EN LO MÁS CRUDO DEL INVIERNO (IN THE BLEAK MIDWINTER)



No os podéis imaginar cuanto tiempo he estado buscando una comedia así. Reconozco que hay películas de última hornada que me han parecido geniales, como Superbad (ese McLovin, ouh yeah!!). Pero es verdad que ha habido una pérdida general en la calidad de los diálogos, genialidad de ideas, situaciones absurdas… . El legado de mis añorados Monty Python está desapareciendo poco a poco.

Desde la aparición de mi gran amigo Kevin Smith y sus dos obras maestras (Clerks y Mallrats), nada me había echo reír tanto como la filmina que aquí nos ocupa. Queda claro que la flema británica no tiene parangón en el mundo del entretenimento. Y si además, intenta tratar el sacrosanto tema del teatro y el Hamlet de Shakespeare, pues mucho mejor.

In the bleak midwinter (1995) ha sido la respuesta a toda esta búsqueda. Me encantaría preguntarle a su director, el señor Kenneth Branagh si tuvo el privilegio de poder ver la opera prima del director de New Jersey un año antes, ya que hay muchas coincidencias entre ambas.

Película en blanco y negro, monólogos y conversaciones con gran cantidad de mala leche, un reparto coral magnífico, un espacio muy reducido para el desarrollo de toda la historia,… . Puede que todas estas características hayan conseguido que aplauda con más fervor a esta película, ya que Clerks supuso para mi un antes y un después. De todas formas, que no quepa la menor duda que In the bleak… sale airosa de su cometido por meritos propios, que no es poco.


La sinopsis de la pinícula es la siguiente. Un actor en paro y bastante acabado, Joe Harper, decide montar la obra de Hamlet en un pueblecito muy pequeño. Solo hay un “pequeño” problema: lo quiere montar durante Navidad, y todos los actores reputados están embarcados en proyectos mayores o de vacaciones.


Sin embargo, Joe no desespera, y mediante un casting surrealista (bien podría haber sido un scketch del Flying Circus), consigue a la troupe necesaria, con la que ensayará tres semanas antes del estreno de la obra. Estas tres semanas se convertirán en calvario y redención para todos los miembros de la obra.

Tengo un vago recuerdo sobre el Kenneth Branagh director. Digamos que tiene dos caras bien marcadas: la cara clásica, de cineasta británico de método, con el que nos ha regalado algunas de las mejores adaptaciones de la literatura británica, como Mucho ruido y pocas nueces o Frankestein. Este cine es pulcro, técnico, por no decir excesivamente literario. Agrada pero no emociona.


Sin embargo, tiene una segunda cara: humana, comica, ácida, que busca el sentimiento en vez de la técnica. Con ella, consiguió realizar otra película magnífica como es Los amigos de Peter, comedia coral muy similar a la que hoy nos toca hablar.

Podemos decir que nuestro colega amante de Shakespeare se decanta por esta segunda y se ríe de la primera. Realiza un ejercicio fantástico al mostrarnos la obra de Hamlet: crueldad, venganza, muerte. Sin embargo, al final siempre descarga de seriedad la escena. Nos incita a pensar: “lo importante no es la obra en si, sino las personas dentro de la obra”. Con ello consigue que la obra nos parezca mucho más entrañable, aunque los personajes no lo sean.

Y por fin llegamos al mondongo del asunto. Y este no es otro que el maravilloso elenco de actores que trabajan en la cinta.


Cabe destacar (y me ha resultado muy extraño, de verdad), que muchos de estos actores casi no han tenido continuidad en el cine. Es más, parece que son actores amateurs, que es justamente lo que son los personajes de esta comedia. Si es asi, chapeau por el que tuvo los cojones de llevar a cabo esta idea, porque le salió de diez.

Todos están como güas. No se libra ni uno. Aquí nos vamos a encontrar a alcohólicos que dicen que se van a correos a echar un carta, un viejo cascarrabias, un homosexual que en su única experiencia con una mujer la dejo embarazada, un actor que quiere poner 10.000 voces diferentes a sus personajes, una chica novata en el teatro que es la personificación del “be happy” en persona,… . Y algunos que me dejo en el tintero.

A mi me gustaría destacar el papelón que hace la mujer encargada del vestuario de la obra. Es sencillamente genial. No te puedes parar de reír con ella porque está loca como una cabra. Sin duda, mi preferida de todas. ¿Cómo no me voy a reír con una tía que pone entre el público figuras de cartón como indios norteamericanos o astronautas para que parezca que ella más gente?. ¿O cuando dice que todo va a salir bien porque siente sus pezones tersos?. Sus fumadas durante todo el metraje son geniales.


Y ustedes se preguntarán ¿pero la película nos quieres decir algo?. Y yo les contestaré que si. Trata casi todo lo tratable en este maldito mundo de una forma muy sutil. Desde la amistad entre formas de pensar irreconciliables, hasta el echo de matar por lo que amamos, ya sea el teatro o a la chica de tus sueños. Pero todo ello, se va masticando con diálogos ingeniosos, chistes de buen y mal gusto, muchas risas y alguna lagrima. Es algo fantástico como esta filmina habla de muchos temas y no se pierde en ninguno.

Esto es lo que nos ofrece In the bleak midwinter. Una comedia coral agradable y sin pretensiones. Muy recomendable para estar todo el día con la sonrisilla en la boca.

A portarse bien, nenes. Sed buenos.

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