sábado, 21 de mayo de 2011

LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS (INVASION OF THE BODY SNATCHERS)


Lo primero que me vino a la mente con los fotogramas iniciales de La invasión de los ladrones de cuerpos (1956) fue “Mundo Viejuno”. Y es que esta “pinícula” contenía todos los pros para un descacharrante doblaje.

Sin embargo, una vez finalizada, nos vemos obligados a levantarnos del sofá y aplaudir ante una muestra de cine auténtico. Y es que Invasion of body snatchers se mueve a la perfección entre el thriller, el cine negro y la sci-fi de la época, dejándonos pegado al asiento durante su casi hora y media. Y carajo!, una película ha de ser buena a la fuerza cuando ha tenido tres remakes.


A pesar de todo, adolece de ser un bastante panfletaria en su moraleja. Realmente no te das cuenta de todo el mondongo que te están vendiendo de fondo, pero a partir de un momento exacto del metraje, entendemos inmediatamente que la película fue realizada en pleno apogeo de la guerra fría, y que los cochinos rojos comunistas eran el cáncer de una sociedad americana libre y feliz.

Pero vamos a lo que nos importa. Pocas películas del estilo anteriores a ésta habían tenido eco de cine serio. Lo normal era encontrarnos con una serie B deliciosa (a mi gusto, claro está) de arañas gigantes, E.Ts de medio pelo y bazofia varia. Aquí no. Impera el ritmo del guión, unas actuaciones más que decentes, y una idea más o menos original. Lo fácil hubiera sido realizar una castaña pilonga de tomo y lomo, pero gracias a dios no fue así,  contando con un presupuesto poco menos que indecente. Y es que donde hay mata, hay patata.

He de suponer que gran parte de este éxito se debe a la mano de su director, Don Siegel. No voy a engañar a nadie. No me sonaba este nombre para nada. Sin embargo, si repasamos la filmografía de este caballerete, nos agarramos los machos: Harry el sucio, Fuga de alcatraz, La gran estafa,… . Palabras mayores, señoras y caballeros. Todas ellas fueron posteriores a la que aquí tratamos, y se adivinan en ellas aromas de la película a tratar. Con un poco de tiempo podré saborear otras joyitas de este artesano.

La historia transcurre tal que “asín”: un tío todo loco entra en la consulta de un doctor gritando que unos extraterrestres han invadido su pueblo y por ende, irán a por todo el país. Cuando le van a poner una camisa de fuerza (y con razón) empieza a explicar toda la movida llevándonos en flashback unos días atrás (auténtico muuuuuuuundo viejuno…).


El perillán de turno es un doctor de renombre que trabaja en un pueblecito de California. De repente, empieza a tener visitas de pacientes que parecen algo locos: un niño, una mujer en apariencia sana, que alegan que sus parientes más cercanos no son ellos. Se los han cambiado. Pueden imaginar la cara del triunfito doctor, verdad?. Mirándolos por encima del hombro y pensando “pero serán paletos…”.

Lo que le importa al doctor es otra cosa. La bella Becky, una antigua novia de tiempos mozos, ha vuelto de Londres a Santa Mira, y obviamente nuestro don Juan no iba a dejar escapar la oportunidad. Así que empieza a cortejarla “one more time”. Pero Becky le pide ayuda, ya que su prima parecer tener los mismos síntomas de paranoia que el niño y la mujer.

Poco a poco la cosa se va complicando. Lo que antes parecía puro delirio, se va transformando en algo real y terrorífico. Hasta que finalmente Miles (el doctor), Becky y una pareja de amigos descubren la cruda realidad. Unas vainas gigantes del espacio (O-J-E-T-E!!!) con capacidad de clonar a la gente han aterrizado en Santa Mira. Y no solo eso: todos los que creían que eran sus amigos y congéneres, son solo clones sin ningún tipo de sentimiento, con el único propósito de reproducirse y ocupar toda la tierra.


Y es aquí donde a la película se le ve el plumero. Hasta ahora, había sido cuasi perfecta, pero no pudieron reprimirse el introducir con calzador el discurso político de turno. No digo ni que sea malo ni bueno. Simplemente me resulta gracioso el mensaje anti-comunista de la misma.

Si la visionan, comprobarán a que me estoy refiriendo. Cuando el Sheriff-guisante del espacio les explica toda la historia y sus planes a posteriori. En este momento es cuando el prota se crece y grita a los cuatro vientos que quiere tener sentimientos: quiere amar, llorar, reir, tener miedo,…, sensaciones que las plantas las consideran innecesarias. Solo faltaba la bandera Norteamericana ondeando detrás de su espalda para que el público del cine se pusiera de pie a gritar “U.S.A, U.S.A,”.

Dejando este detalle al margen, la filmina nos deja varios momentos grandiosos: cuando Miles desesperado corre por una autopista llena de coches advirtiendo del peligro, pero nadie le cree. Cuando Miles y Becky deciden salir a la calle rodeados de clones y no pueden mostrar sentimiento alguno.
Pero sobre todo, me pareció magnifico cuando Miles por fin besa a su novieta, y en el momento de separar los labios descubre que Becky ya no es Becky, sino su clon. La imagen de horror y desesperación del muchacho no tiene descripción.


Aun con todo, no me quiero olvidar que se trata de una película de bajo presupuesto, y algunos detalles chusquetes fueron delicias para mi. El uso de Fairy en esta película debió de ser universal, ya que las vainas soltaban una babilla con toneladas de espuma para poder hacer los clones. ¿Y el hecho que roban sus cerebros cuando están dormidos?. Se nota que los efectos especiales todavía no habían llegado a su apogeo y con esta excusa se ahorraban una pasta gansa.

Pero lo mejor de todo, ¿PLANTAS ESPACIALES?. Joder, podían haber puesto algún ET maligno, o una robot rollo Ultimatum a la tierra. Pues no!. Aquí llega el gigante verde con su prole de judías extraterrestres. Chapeau por los guionistas.


Detalles sin importancia, señoras y señores. No hay excusas. Tienen que visionarla. Se encontrarán con una película que nos le va a defraudar. Estarán tensos. Tendrán interés en la historia de amor. Comprobarán como con poco dinero se puede hacer una película más que digna. Y sobre todo, aprenderán a que el comunismo es más malo que la carne de cabra y tenemos que apartarnos lo más posible de él.

Ale. Portarse bien. Sed buenos.

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